
Ya estoy de vuelta con una de las recetas que más esperabais, mis adoradas Gyozas, que os van a generar una auténtica gyozadicción.
Hace unos días os preguntaba por stories qué receta queríais ver antes y muchos me pedistéis las Gyozas, así que vuestros deseos sois órdenes y aquí tenéis la receta.
Las Gyozas son unas empanadillas típicas japonesas, similares a los Dim Sum chinos, con la diferencia de que el sabor de su relleno es un poco más intenso que el de las chinas y además se hace una cocción doble, fritas y al vapor, cosa que en mi opinión, es una combinación perfecta.
Antes de viajar a Japón ya había tenido oportunidad de probarlas por aquí, pero allí ya caí rendida a sus pies y es que son, en mi más humilde opinión uno de los platos más ricos de la gastronomía japonesa.
Como os contaba, en Japón disfruté como nunca de ellas; hay tiendas y restaurantes especializadas en ellas, con muchos rellenos diferentes, aunque mis favoritas son las clásicas, rellenas de carne y con col; y es que, es de las pocas maneras en que soy capaz de comer la col, ya que no es santo de mi devoción.
La mayor complicación de la receta es el proceso de rellenar las empanadillas, ya que la masa tiene que ser finita y se rompe con facilidad.
Yo os compartiré una receta para la masa, pero podéis hacerlas también con la clásica masa de empanadillas preparadas, como las de Buitoni, por si vais con prisas.
Otra de las pegas es que a veces da mucha pereza el proceso, porque lleva un buen rato rellenarlas y después son muy delicadas para conservarlas. La primera vez que las preparé, creo que me tiré dos horas rellenando Gyozas y salieron unas 40, que era imposible comerse de una sentada, así que hice unas cuantas y el resto las guardé en la nevera. La decepción me la llevé al día siguiente cuando casi todas se habían pegado al tupper o entre ellas, y se echaron muchísimas a perder.
Después de ello, me dispuse a hacer nuevas pruebas para conservarlas de otras maneras, primero probé a montarlas y guardarlas en la nevera separándolas entre ellas con papel de horno. Aunque el resultado fue algo mejor, algunas aún se me pegaban.
Mi tercera prueba fue congelarlas, tras rellenarlas, separadas entre si con papel de horno y, ahí si que encontré la solución y es que se conservan perfectamente, además no hace falta descongelarlas antes de cocinarlas, luego os explico cómo.
Por cierto, os traigo dos recetas, la de las clásicas rellenas con carne y una receta vegana totalmente, que también está deliciosa
¿os quedáis a verlas?

Ingredientes
Para la masa
- 150 gr de harina de fuerza
- 150 gr de harina de trigo normal
- 160 ml de agua mineral
- 1 cucharadita de sal
Para el relleno
- 70 gr de col
- 10 gr de cebollino
- 50 gr de cebolla
- 150 gr de carne picada de cerdo
- 120 gr de carne picada de ternera
- ½ diente de ajo
- 1 cucharada de aceite de sésamo
- 1 cucharada de salsa de soja (yo os recomiendo la de la marca Kikkoman)
- Sal
- Pimienta negra
Para la salsa
- Vinagre de arroz
- Salsa de soja

Elaboración
- Lo primero que haremos será preparar la masa, si no os decidís por comprarla hecha, para ello calentaremos un poco el agua y disolveremos la sal en ella.
- Mezclaremos las dos harinas e iremos añadiendo poco a poco el agua hasta conseguir una masa firme e uniforme; comenzaremos mezclando con una espátula y cuando ya vayamos teniendo una masa más firme, comenzaremos a mezclar con las manos hasta tener una bola con la masa.
- Haremos un rollo con la masa, lo envolveremos con film transparente y lo dejaremos en la nevera mientras preparamos el relleno.
- Lo primero que haremos para ambos rellenos es cocinar la col al vapor hasta que nos quede tierna. En Japón, no suelen cocinarla, sólo la cortan muy fina, pero para mi gusto queda mejor un poco más tierna.
- Una vez cocida la col, la cortaremos bien finita. Cortaremos también en trozos bien pequeños el resto de ingredientes.
- Mezclaremos los rellenos y sal pimentaremos al gusto. ¡Ojo con la sal, que la soja es bastante salada! Añadiremos la salsa de soja y el aceite de sésamo y mezclaremos bien.
- Ahora vamos con el montaje de las Gyozas, sacaremos la masa que hemos puesto en la nevera y la dividiremos en porciones, a mi me salieron aproximadamente unas 40 gyozas, pero lo mejor es que cortéis una porción y veáis si os va bien de tamaño. Enharinamos el mármol o superficie donde vayamos a trabajar la masa y vamos estirando las porciones, con ayuda de un rodillo con forma redonda, si no os queda muy redonda, podéis ayudaros de un aro o plato de café para luego recortarla. Yo suelo separar todas las empanadillas con papel de horno y luego ya las relleno. Una vez las voy preparando, las guardo también en la nevera, mientras hago el resto, ya que la masa es mejor trabajarla bien fría.
- Una vez preparadas todas las empanadillas, solo nos quedara rellenarlas, para ello cogemos una cucharada del relleno escogido y la depositamos en el centro de la masa, doblamos la masa por la mitad, mojamos un poco con un dedo el borde de una de las mitades y con cuidado vamos haciendo pliegues con la otra mitad, para conseguir la forma tradicional de las Gyozas; si no os apañáis para doblarlas, podéis hacerlas como las empanadillas tradicionales.
- Os recomiendo, igual que con la masa, que una vez vayáis haciendo cada empanadillas las guardéis en la nevera separadas con papel de horno.
- Una vez tengáis preparadas todas, separáis las que os vayáis a comer al momento y el resto guardarlas en un tupper separadas con papel de horno en el congelador.
- Para hacerlas, sólo tenéis que poner un poco de aceite de oliva en una sartén a fuego medio, hasta que se nos dore la base o uno de los lados de la gyoza, ya que, normalmente, sólo se fríe uno para conservar bien su forma. Cuando se nos haya dorado la base de las gyozas, añadimos un poco de agua a la sartén, lo justo para que cubra la base de las gyozas y tapamos la sartén para que se acaben de hacer al vapor; tardaran unos 4 minutos, hasta que se nos evapore el agua.
Y ya las tendremos listas para servir. Se suelen tomar acompañadas de una mezcla de vinagre de arroz y soja un poco caliente.
Si queréis hacer las que tenéis congeladas, sólo tenéis que sacarlas del congelador 15 minutos antes para que se atemperen y el resto igual que si fueran recién rellenadas.
Os puedo asegurar que os va a gustar el resultado, son mucho mejores que las que comeréis en algunos restaurantes y lo mejor es la satisfacción al prepararlas.
¡Espero que os haya gustado la receta y os animéis a probarla!

Por si te has quedado con ganas de probar otras recetas japonesas, te dejo otras opciones:
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